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24 marzo 2021

En el principio fue Bach

Espero que el título no les parezca blasfemo a algunos, sobre todo en estos tiempos en los que tropieza uno con gente de piel extremadamente fina. Con un título tan rotundo solo pretendo reflejar la importancia tanto objetiva como subjetiva que tiene para la Música en particular y para la Cultura occidental en general la figura de Johann Sebastian Bach. 

Se justifica este post porque el pasado 21 de marzo se cumplió un nuevo aniversario de su nacimiento en 1685 en la ciudad alemana de Leipzig. Compositor, organista, clavecinista, violinista, maestro de capilla, director de orquesta, cantor...Bach pasó y desempeñó numerosos puestos siempre relacionados con la música. De raza le venía, ya que en su familia se cuentan nada menos que 35 músicos y él mismo fue padre de tres muy destacados. De él dicen también los manuales que representa la cumbre de la música barroca, pero me parece que se quedan cortos: representa la cubre de la Música sin apellidos, una cumbre a la que nadie antes había llegado y a la que nadie ha llegado después de él. Su influencia está presente en compositores como Mozart, Beethoven, Schumann o Chopin y su amplísimo catálogo abarca conciertos, suites orquestales, música de cámara, cantatas y pasiones. 

Los grandes músicos hablan de Bach

No creo que haya nadie capaz de reunir a más de cuatro o cinco músicos reconocidos que no eleven literalmente a los altares su obra musical. Podría citar aquí decenas de reflexiones de otros tantos artistas, especialmente músicos, sobre lo que representa para ellos la música de Bach. Veamos solo dos o tres ejemplos al azar: 

"Es imposible describir la inmensa riqueza de su música, su naturaleza sublime y su valor universal comparándola con cualquier otra cosa en el mundo". (Richard Wagner)

"Es el amado Dios de la música, a quien todos los compositores deberían elevar una oración antes de ponerse a trabajar". (Claude Debussy)

"Inicialmente estaba Bach..., y entonces todos los demás". (Pau Casals)

La "Pasión según San Mateo": al menos una vez en la vida

Y así podríamos seguir, reproduciendo frases del mismo cariz de grandes músicos que reconocen la grandeza artística de Bach. Pero les decía que la importancia de Bach no solo es objetiva por lo que supuso para el arte sonoro, sino subjetiva. Me refería a que, aún así, puede haber gente a la que la música de Bach no le guste, le aburra, no le diga nada o vaya usted a saber. Lo respeto pero me cuesta comprenderlo, con sinceridad. Lo dice alguien que llegó a Bach no por imposición académica, sino por pura curiosidad: le bastó escuchar con atención su música - si no recuerdo mal fueron los "Conciertos de Brandenburgo - para convertirse para siempre en un fiel admirador de ella. Justo en estos momentos, mientras escribo este post, suena en el equipo de música una de las obras cumbre de Bach, que es como decir de la Música: la "Pasión según San Mateo", a la que vuelvo siempre que tengo tiempo suficiente para disfrutarla completa, pero que nunca me salto en las fechas de Semana Santa. 

Una experiencia mística

¿Cómo describir las sensaciones que transmite una escucha concentrada de esta composición grandiosa y de la música de Bach en general? No es fácil, pero diría que es como si nos eleváramos por encima de las nubes y pudiéramos contemplar extasiados una realidad transparente y luminosa, imposible de encontrar en la tierra. ¿Sería exagerado decir que escuchar a Bach es una experiencia religiosa única, casi una experiencia mística? Creo que no, al menos a mí me transmite esa sensación. Y eso que hablamos de una persona modesta que jamás alardeó de su arte: "Todo lo que he logrado ha sido gracias al trabajo y la práctica, cualquier persona con un don natural tolerable y capacidad, también puede lograrlo", dijo. 

Como considero que la música está para que la escuchemos y no para que hablemos de ella, máxime tratándose de Bach, dejo al pie unos pequeños comentarios con sus correspondientes enlaces de vídeo a algunas de las obras más conocidas suyas. Les animo como siempre a disfrutar de la música y, si es la de Bach, simplemente cierren los ojos y déjense transportar al paraíso de la belleza más sublime, a la paz y a la serenidad de una música por lo que no han pasado ni pasarán los siglos mientras quede en la Tierra una pizca de sensibilidad y capacidad para la emoción. 

Para empezar a amar a Bach

La "Pasión según San Mateo" es la primera obra que enlazaremos. Interpretada por primera vez el viernes Santo de 1729 en la iglesia de Santo Tomas de Leipzig, representa el sufrimiento de Cristo según el evangelista San Mateo. Bach compuso otra Pasión siguiendo el Evangelio según San Juan, aunque se suele interpretar menos. 

Los "Conciertos de Brandenburgo" son una colección de seis conciertos para varios instrumentos, estrenados en 1721 cuando Bach era maestro de capilla en Köthen. Están dedicados al marqués Christian Ludwig.


"El clave bien temperado" es uno de los trabajos más experimentales de Bach. Se cree que lo terminó en 1722 y en esta obra el compositor hace un ejercicio de maestría en la construcción de las conocidas como fugas. Conviene escuchar con atención...


"Sonatas y partitas" son seis obras para violín solo. Esta es una de las más conocidas...

Las "Variaciones Goldberg" fueron escritas en 1714 y deben su nombre a Johann Gottlieb Goldberg, discípulo de Bach. Es muy conocida la interpretación del pianista Glenn Gould...


La "Cantata BWV 147" es una de las muchas que Bach componía cada semana para el servicio religioso. Esta es una de las más conocidas..


Las "Seis Suites" para violonchelo son obras de referencia para este instrumento, que han grabado entre otros Rostropovich, Yo - Yo - Ma, Casals y Maisky. Esta es una de las más famosas...


Y concluimos este breve paseo por la maravillosa música de Bach escuchando un fragmento de su "Misa en Si menor BWV 232", nombrada patrimonio de la UNESCO en 2015. Compuesta en 1724, se trata de una de sus composiciones más impresionantes. El  Kyrie es probablemente el número más conocido...


Hasta el próximo post musical, buena escucha....

08 marzo 2021

Vivaldi, Chopin y Ravel cumplen años

No creo que haya muchas ocasiones en las que el calendario  nos ofrezca tres efemérides musicales de la importancia de las que acabamos de vivir hace solo unos días. La pasada semana se conmemoraron los aniversarios del nacimiento de tres gigantes de lo que conocemos como "música clásica". El 4 de marzo de 1678 nació en Venecia el prolífico compositor y, según las crónicas, genial violinista Antonio Vivaldi. El 1 de marzo de 1810 nació cerca de Varsovia el también compositor y en este caso pianista Frédéric Chopin. Y el 7 de marzo de 1875 veía la luz en Ciboure (Francia) el compositor Maurice Ravel

Son muchas cosas las que separan a estos tres grandes nombres de la música y una la que los une por encima de cualquier otra consideración: la genialidad de sus composiciones. Estilísticamente poco tienen que ver entre sí el barroco de Vilvadi, el romanticismo de Chopin y el impresionismo de Ravel. Puede decirse, aunque suene un poco tópico, que los tres son hijos de su tiempo y reflejaron en su música la tendencia artística predominante en su época. Por tanto, constituyen un magnífico ejemplo de cuáles eran en concreto los gustos musicales de finales del siglo XVII, principios del XIX y principios del XX. Como ya he señalado en otros post musicales no me voy a detener en detalles biográficos de estos tres compositores, al alcance de cualquier interesado en numerosos sitios de internet. Solo me limitaré a reflejar algunas sensaciones personales cuando escucho la música de alguno de estos tres compositores. 


Vivaldi

Por seguir un orden cronológico comenzaré con Vivaldi. El archiconocido autor de "Las Cuatro Estaciones" es, no obstante, el compositor de cerca de novecientas obras de las que cerca de medio centenar son óperas. En su inmensa producción hay también conciertos, música de cámara y música coral. La música de Vivaldi siempre me sugiere ligereza, luminosidad y frescura. Incluso en los pasajes más melancólicos hay algo en su música que invita al optimismo, a tener el corazón alegre y a disfrutar de la vida. Sé que también suena tópico, pero en la música del "prete rosso" se encierra la vitalidad y la luz del sur, las ganas de vivir y de disfrutar y la esperanza de que después de la pena regresará la alegría. Ahora bien, no quiere decir esto que Vivaldi sea un músico blando o frívolo. Basta escuchar algunos pasajes de una de sus numerosas óperas para encontrarnos con un Vivaldi que es toda fuerza y coraje. Comparto este fragmento de su ópera "Juditha Triumphans"....


Chopin

Para mí, Chopin es sinónimo de melancolía, tristeza e incluso tragedia, pero también de serenidad y paz, sosiego y armonía, transparencia y dulzura. Si con Vilvaldi me puedo poner a silbar sus melodías - ahí están "Las Cuatro Estaciones" para probarlo - con Chopin siento ganas de dejarlo todo y concentrarme solo en las notas de ese piano, dejándome llevar por la melodía sin oponer resistencia. Escuchando a Chopin se hace más real que nunca el poder de la música para generar emociones profundas. Pero así como escuchar a Vilvadi me sugiere la luminosidad transparente del sur, escuchar al compositor polaco me transporta a lugares lluviosos o brumosos, bosques y fuentes, tal vez a salones románticos en los que damas y caballeros conversan quedamente o simplemente se dejan llevar también por la música. De la producción chopiniana he elegido para este post el segundo movimiento de su concierto para piano y orquesta número 2, en la interpretación del gran Rubinstein...



Ravel

El compositor francés despierta en mí sensaciones similares a Chopin, aunque tal vez menos intensas, algo más livianas y etéreas, más luminosas pero un poco más epidérmicas. Que me perdonen quienes sean muy admiradores de Ravel pero insisto en que son mis percepciones, necesariamente subjetivas. En todo caso, el hecho de que su música no cause el mismo efecto que la del compositor polaco no quiere decir que sea de menor calidad, solo que es diferente como diferente es el momento histórico y las tendencias que dominaban en su época. Su música se ha calificado de "impresionista", aunque no todo el mundo está de acuerdo en que un término acuñado para la pintura pueda ser extrapolado automáticamente a la música. De hecho, la obra de Ravel no es uniforme y no se podría decir de toda ella que sea "impresionista", aunque puedan atribuírsele algunos rasgos de ese estilo. Por descontado que el enlace musical de Ravel no será su famoso "Bolero", escuchado y manoseado hasta la náusea. Vamos con algo más representativo de su obra, el segundo movimiento de su concierto para piano y orquesta número 2, por otra gigante de la interpretación pianística, Martha Argerich...


Y aquí lo dejamos por esta semana, espero que les haya gustado la selección musical. Dentro de una semana más, hasta pronto.

20 febrero 2021

Mozart y Verdi, música a prueba de modas

Acaba de cumplirse este miércoles un nuevo aniversario del nacimiento de W.A. Mozart y de la muerte de G. Verdi. Por esas raras coincidencias que a veces nos ofrece el calendario o el destino, vaya usted a saber, estos dos gigantes de la música de todos los tiempos coincidieron en algo: en la fecha de nacimiento del primero con la fecha de la muerte del segundo. Para más concreción, Mozart nació un 27 de enero de 1756 en Viena y Verdi falleció el mismo día de 1901 en Milán. 

Desde mi modesta opinión de simple aficionado a la música, Mozart y Verdi, aparentemente tan distintos, representan en cambio buena parte de la quintaesencia del arte musical. No quisiera meterme yo aquí en un jardín del que probablemente no sabría bien cómo salir ni aportaría nada original a lo que muchos estudiosos o músicos, mucho más preparados que yo, han dicho o escrito sobre estos dos grandes compositores. 

Me limitaré simplemente a reseñar que de Mozart no hay nada de lo que he escuchado que no me haya gustado, si bien sería presuntuoso por mi parte decir que he escuchado toda su ingente obra musical. Sí conozco en cambio sus sinfonías más representativas, buena parte de sus conciertos para piano o violín, su música de cámara, sus obras vocales y, cómo no, sus maravillosas óperas. Para mí, "Las bodas de Fígaro", "Così fan tutte", "Don Giovanni" y "La Flauta Mágica" están entre las obras más excelsas compuestas nunca para la escena teatral

Hablando de ópera, decir esta palabra es decir Verdi y viceversa. De su genio nacieron algunas de las grandes obras de un repertorio que aún conserva todo su vigor, de manera que este compositor conquistó un puesto eterno en el Olimpo de la música. 

"Rigoletto", "La Traviata", "Il Trovatore", "Aida", "Nabucco, "Don Carlos", "Otello, "Macbeth", "Falstaff". "La fuerza del destino", "Un baile de máscaras" o "Ernani" son solo algunos de los títulos más conocidos salidos de su portentosa sabiduría musical, muchos de ellos reclamo infalible de los grandes teatros del mundo más de un siglo después de su composición. No diré de Verdi que considere toda su obra operística - valga la expresión - a la misma altura pero sí que en toda ella es reconocible su genio creador. 

De manera que aprovechando este capricho del calendario, el post musical de esta semana contendrá un pequeño fragmento de una obra de Mozart y un aria de una ópera verdiana. De Mozart he elegido este movimiento de uno de sus conciertos para piano, profundamente hermoso en la aparente simplicidad de su melodía....


Y de Verdi he optado por un aria de Il Trovatore, toda vigor y fuerza como solo Verdi sabía imprimirle a sus composiciones...


Como siempre, los nombres de los intérpretes los pueden encontrar debajo de cada vídeo. Que los disfruten y hasta pronto. 

Nos queda la palabra

Parafraseo en el título un poema de Blas de Otero que he recordado cuando pensaba en cómo iniciar este artículo. Comienza así: "Si he p...