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16 marzo 2021

Piazzolla tiene nombre de tango

Creo haber dicho en alguno de los post musicales publicados en este blog que no soy de los que solo escuchan un tipo de música y miran todos los demás por encima del hombro. También creo haber escrito que solo concibo dos tipos de música, la mala y la buena, y de ambas se pueden encontrar en todos los géneros musicales existentes. Dicho lo anterior, proclamo aquí mi amor por el tango, un amor que viene de lejos y que procuro renovar de cuando en cuando. Y sí, también en el tango hay buenos y malos representantes, pero el que he elegido para este post está entre los sublimes. 

Estos días pasados he tenido la oportunidad de renovar mi pasión por el tango con motivo del centenario del nacimiento de un nombre tan asociado a esta música como lo estuvo en su momento el gran Carlos Cardel. Hablo de Astor Piazzolla, nacido el 11 de marzo de 1921 en Mar del Plata, que elevó el tango desde los arrabales y cafés bonaerenses a las salas de concierto de todo el mundo e incluso a los escenarios del jazz. Como todos los artistas que en un momento determinado de su carrera deciden salirse de los caminos que otros habían trillado hasta la extenuación, los puristas del tango nunca le han perdonado a Piazzolla que rompiera los moldes e hiciera del tango una música universal que se sigue interpretando dentro y fuera de Argentina. 
"Los puristas del tango nunca le han perdonado que rompiera los moldes"
Piazolla no fue un diletante que un buen día decidió inventarse el «tango nuevo», sino un músico de los pies a la cabeza que descolló como bandoneonista pero también como compositor y arreglista: sabía de lo que hablaba, o mejor dicho, de lo que componía e interpretaba. A Piazzolla el mundo del tango tradicional se le quedó pronto pequeño, pero en lugar de seguir tocando siempre lo mismo una y otra vez como en el día de la marmota, decidió labrarse su propio camino preparándose a fondo con maestros de la talla de Alberto Ginastera o Nadia Boulanger. Cualquiera que se quiera empapar de la riquísima biografía de Piazzolla tiene a su alcance numerosas páginas en internet con todo lujo de detalles. 

Escuchar a este magnífico compositor y bandoneonista requiere en primer lugar de que a uno le guste el tango, de lo contrario no hay nada que hacer, salvo abrir la mente a la curiosidad y escuchar una de sus composiciones. Partiendo de ese requisito básico, el universo sonoro que despliega Piazzolla nos transporta a una dimensión completamente nueva del popular ritmo argentino sin renunciar nunca a las raíces. En las composiciones de Piazzolla siempre es reconocible la esencia del tango, pero de un tango que vuela más allá de los moldes estrechos y osificados de la tradición tanguera más acendrada: puede decirse que la suya es una música que escuchada en cualquier parte del mundo nos recordará al tango a sabiendas de que lo que estamos escuchando es algo de sonoridad mucho más compleja y rica. 
"En Piazzolla siempre es reconocible la esencia de un tango que vuela libre"
Como siempre, mi objetivo al publicar estos post musicales es animar a quienes los lean a acercarse a las obras de músicos y compositores que tal vez hemos ido olvidando o que tal vez no conozcamos aunque hayamos oído hablar de ellos. No sé si Piazzolla es uno de esos músicos que tras su fallecimiento en 1992 ha ido cayendo poco a poco en el olvido, espero que no. Y si así fuera, aquí comparte algunos vídeos de interpretaciones suyas, en las que se puede apreciar tanto su maestría de músico como de compositor. 



"Libertango" (1977)


"Adiós, Nonino" (1984)
(Compuesto a la memoria de su padre)


"Milonga del Ángel" (1984)

"Otoño porteño" (1984)


"Balada para un loco" (1984)


Esto de aquí solo es una pálida muestra del legado musical de Piazzolla, hay mucho más por descubrir y amar de este artista irrepetible. ¡Que los disfruten y hasta el próximo post musical!


Nos queda la palabra

Parafraseo en el título un poema de Blas de Otero que he recordado cuando pensaba en cómo iniciar este artículo. Comienza así: "Si he p...