Mostrando entradas con la etiqueta Historia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Historia. Mostrar todas las entradas

20 febrero 2021

Heródoto, un clásico entre los clásicos

En el post con el que reanudé la actividad de este blog prometí alguna reseña de los libros que vayan pasando por mis manos. Aunque llamarla reseña en sentido formal tal vez sea demasiado pretensioso por mi parte, de manera que lo podemos dejar en comentario subjetivo pero informado sobre mis impresiones personales tras la lectura. En su caso recomendaré el libro o lo desaconsejaré, siempre desde mi personal e intransferible valoración de su contenido. 

Estreno esta nueva sección del blog nada menos que con alguien a quien es un tópico llamar el "padre de la Historia", con mayúscula, aunque ese título podría dar para muchos debates de los que nos nos vamos a ocupar ahora. Lo que sí es mucho menos controvertido es que a Heródoto se le puede considerar el primer historiador, siempre y cuando no entendamos por esa palabra lo mismo que entendemos actualmente para no caer en una especie de anacronía absurda. Recordemos aquí de qué fechas aproximadas estamos hablando, ya que se da por seguro que Heródoto nació el año 484 a.C. en Halicarnaso - actual Turquía - y murió en 425 en Trurios (Italia). 



Heródoto

El primer historiador

Si se habla de Heródoto como del primer historiador de la Historia, valga el juego de palabras, es sobre todo porque fue también el primero que usó el término "investigación" para referirse a su trabajo. Para su "Historia" intentó documentarse acudiendo a fuentes muy dispares, fiables unas y viciadas otras, cuando no sacando sus propias conclusiones a la vista de los datos de los que disponía. Mirándolo con ojos actuales se podría acusar a nuestro historiador de crédulo puesto que, muchas de las informaciones que recoge, están directamente sesgadas por intereses políticos de sus informantes a los que el propio Heródoto tampoco es completamente ajeno. 

Su "Historia" es también la primera de carácter universal porque contiene valiosísima información sobre costumbres, sistema político, creencias y geografía de los pueblos entonces conocidos. Heródoto se nos revela aquí no solo como historiador sino como geógrafo e incluso antropólogo en un sentido sorprendentemente moderno. Se da por seguro que, además de visitar varias ciudades griegas, viajó también a Egipto de donde estaba convencido que procedían las divinidades griegas más importantes. Bien es cierto que visto con los ojos de hoy su información es rudimentaria, la mayor parte de oídas y en no pocas ocasiones confusa, contradictoria o errónea. 

Un soldado griego atacando a un persa

El gran relato de las Guerras Médicas

Su relato estructurado y razonado sobre la historia de esos pueblos es, al mismo tiempo, un canto al mundo griego, en especial a Atenas. De hecho, la "Historia" tiene un fin moral presente en toda la obra: responsabilizar moralmente a los persas de haber invadido Grecia por las ansias de poder imperial de sus reyes. Por eso, toda la "Historia" gira en torno a las Guerra Médicas que enfrentaron al mundo helénico con el "bárbaro" entre los siglos VI y V a.C. A pesar de todo, Heródoto se nos muestra como un historiador  imparcial y de buena fe que siempre intenta exponer diferentes versiones de un mismo acontecimiento.

Heródoto cree firmemente en un equilibro natural de las cosas que debe ser restablecido por los dioses cuando los hombres lo rompen. En estos casos no hay fuerza humana capaz de detener la acción divina, expresada generalmente mediante oráculos: si estos se ignoran o se malinterpretan, cosa nada inhabitual, las consecuencias son ineludibles. Con todo, en no pocos pasajes de su obra nuestro historiador no oculta su escepticismo e incluso su completa incredulidad ante determinadas relatos. Heródoto observó el mundo con los ojos de un griego y adaptó a su cultura los nombres de otros pueblos, los de sus dioses y los de sus sistemas políticos. Para él, como para todos los griegos de su tiempo, todos los no griegos se agrupan bajo el concepto genérico de "bárbaros", término con frecuencia peyorativo aplicado de manera específica a una forma de hablar incomprensible, pero también a la forma de vestir, a las creencias o al sistema político. 


Cómo leer la "Historia" de Heródoto

Leer la "Historia" no es fácil, vaya esto por delante, aunque merece el esfuerzo. Si uno tiene un mínimo interés por la historia del mundo antiguo arcaico, sus ideas políticas y filosóficas y los pueblos entonces conocidos, en Heródoto encontrará una mina casi inagotable de información. Si por el contrario se considera que no hay nada que nos pueda enseñar un historiador de hace 2.500 años por mucho que fuera el primero de su clase, mejor será dedicar el esfuerzo a otro objetivo. 

Mapa de la Grecia clásica

Es fundamental para adentrarse en la "Historia" una edición que explique y aclare los contenidos confusos o contradictorios del texto y que amplíe la información del autor. Yo he leído esta obra en la edición de Editorial Gredos, especializada en el mundo antiguo, y por lo que yo sé no hay otra mejor en español. Es cierto, sin embargo, que por momentos es excesivo y hasta superfluo el número de notas al pie, lo que hace mucho más fatigosa una lectura ya de por sí difícil. Cuando se lee a Heródoto hay que contar también con su afición a los excursos, esto es, historias o relatos ajenas muchas veces al argumento principal. Nuestro historiador los introduce por todas partes, vengan o no a cuento, demorando en muchas ocasiones el relato de acontecimientos trascendentales hasta el punto de que es fácil terminar por perder el hilo principal. 

Mapa de Egipto antiguo

La "Historia" se presenta habitualmente en nueve libros, cada uno de los cuales lleva el nombre de una musa. Se trata de una división arbitraria adoptada en el siglo III o II a.C. por un editor alejandrino, que ha perdurado hasta la actualidad. En resumen, leer con provecho esta obra clásica entre las clásicas requiere de tres sencillas condiciones: a) un mínimo interés por el mundo griego antiguo; b) un mapa de Grecia y Egipto en el mundo antiguo para ubicar los diferentes escenarios (adjunto dos en este post, así como uno específico sobre la II Guerra Médica); c) una buena edición comentada; d) y paciencia.

Con estos sencillos requisitos podrán descubrir en este libro lo viejos que son algunos de los problemas que hoy nos parecen tan actuales. ¡Buena lectura!

Nos queda la palabra

Parafraseo en el título un poema de Blas de Otero que he recordado cuando pensaba en cómo iniciar este artículo. Comienza así: "Si he p...